Consideramos que el alumno no es un ente aislado, sino que está inmerso en un sistema complejo. Es parte de una  relación triádica que constituye lo esencial de la enseñanza y el aprendizaje. Sin embargo, esta relación  no es estática y puede verse influenciada por diferentes factores, entre ellos, los modelos de enseñanza y la cultura en la cual el alumno interacciona.
Cuando hablamos del alumno en el contexto de aprendizaje escolar pensamos que  dicho aprendizaje está  organizado en función de un Proyecto Institucional  y del Currículum. Es en la tríada docente-conocimiento-alumno donde vemos proyectado el currículum. La dinámica curricular se va gestando dentro de un marco político y cultural que, en última instancia se remite a las prácticas pedagógicas, y todo marco de conocimiento implica una forma de enfrentarse con la práctica. 
Al hablar del Currículum como cultura propia de la escuela tenemos presente los contenidos, códigos, lo explícito y lo implícito. Desde el afuera además de los posicionamientos y concepciones psicológicas, epistemológicas, filosóficas y sociales de los actores involucrados en la Educación, inciden también la Política Curricular y la estructura  del Sistema Educativo. La escuela en la conformación de su propia cultura será la encargada de seleccionar y organizar los conocimientos de manera tal para adecuar lo prescriptivo a su realidad institucional. En esa realidad institucional donde se relacionan contenidos, alumnos y prácticas educativas nace la pedagogía invisible, lo que conocemos como el currículum oculto.
El discurso curricular nos plantea enfocarnos en los micro espacios sociales de acción en los que podamos proponer actividades que apunten al desarrollo, en contrapeso de aquellas teorías deterministas, prescriptivas y reproduccionistas.
Esta visión de la relación entre teoría y práctica no se propone anular el currículum como proyecto cultural sino que, partiendo de él analizar cómo se convierte en una cultura real para alumnos y docentes.
Pero ante todo el alumno es un  ser único, que posee singularidades que lo diferencia de los demás. Es una  persona que el currículum define, y que cada institución específica desarrolla en su Proyecto Educativo Institucional de acuerdo a su perfil.
Como docentes, no podemos dejar de lado el proceso de desarrollo personal de cada alumno, a partir de la observación de sus necesidades emocionales y de interacción social para, así, trabajar en la construcción de una educación integral. 
Las emociones tienen un papel relevante en el proceso del aprendizaje y por lo tanto deben ser consideradas de gran importancia en el ámbito escolar.

1 comentario:

  1. Intenso! Me gustó la composición. Breve y con la intensión de que uno se quede con más ganas de aprender!

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